viernes, 12 de febrero de 2021

LOS VALORES DEPORTIVOS EN EDUCACIÓN FÍSICA

 La Educación Física como asignatura juega un papel primordial ya que a través de ella se logra el desarrollo de habilidades, capacidades, valores y la creación de hábitos que permitirán al individuo un desarrollo pleno de acciones.        

Los valores se manifiestan a través de la conducta, las acciones, las palabras… son un espejo del mundo interior de cada uno reflejado a través de la conducta externa.

Como docente y tras los años de experiencia en el campo de la educación y el deporte puedo decir que la sola práctica no garantiza el desarrollo de valores. Lo educativo no es sólo el aprendizaje de las técnicas y habilidades, sino que, además, el alumno debe adquirir buenos hábitos en su mejora personal.

Tengo claro que los valores que se pueden transmitir pueden ser positivos y negativos. El Colegio Antonio Machado es una escuela de valores deportivos positivos. Como docente busco una asignatura más educativa que “física” donde intento transmitir unos valores que ayuden a los niños a su integración social, realizando trabajos y juegos donde predomina la cooperación y el respeto. Trato de seguir el código de la deportividad y que predomine la honestidad y el reconocimiento de los errores. Pero por otro lado, soy consciente de que existen otros valores en educación física y el deporte, que no son tan positivos, tales como: el ganar por encima de todo y ante todo, menospreciar al que pierde o no lo hace bien, el individualismo por encima del colectivo, entre otros.

Como comenté en la entrada anterior, la implicación emocional de los niños es grande y el control de esas emociones, en esas situaciones, no es algo fácil de conseguir, especialmente con los más pequeños. Como educador tratas de proponer diversos juegos, ejercicios, actividades que lleven esta implicación emocional, tras la cual están esos valores positivos que tratas de inculcar. En ocasiones los hechos te demuestran lo contrario y es entonces donde mi intervención cobra un papel esencial para el beneficio del desarrollo del niño.

Los valores una vez que se interiorizan se convierten en guías y pautas para la vida, de ahí la importancia de que sean los valores positivos y no los antivalores los que ayuden a construir una conducta sólida y coherente en las futuras generaciones de alumnos/as.



Las investigaciones realizadas por M. Gutiérrez San Martín (1995), concluyen en que los valores más propicios que se pueden alcanzar a través de la actividad física y el deporte se clasifican en dos grupos y son los siguientes:

• Valores sociales: Participación de todos, respeto a los demás, cooperación, relación social, amistad, pertenencia a un grupo, competitividad, trabajo en equipo, expresión de sentimientos, responsabilidad social, convivencia, lucha por la igualdad, compañerismo, justicia, preocupación por los demás y cohesión de grupo.

• Valores personales: Habilidad (forma física y mental), creatividad, diversión, reto personal, autodisciplina, autoconocimiento, mantenimiento o mejora de la salud, logro (éxito-triunfo), recompensas, aventura y riesgo, deportividad y juego limpio (honestidad), espíritu de sacrificio, perseverancia, autodominio, reconocimiento y respeto (imagen social), participación lúdica, humildad, obediencia, autorrealización, autoexpresión e imparcialidad.


En una época en la que nos lamentamos de la crisis social de valores, no se puede desaprovechar el mejor medio para desarrollarlos: la educación física y el deporte formativo. Cada familia, club deportivo y colegio debe seguir sembrando para que el mensaje termine calando y consigamos los efectos que todos deseamos, pese a que los medios de comunicación y algunos deportistas de élite no lo ponen fácil.