Las clases de educación física y las actividades físico-deportivas son un enorme potencial para el desarrollo de la educación emocional. Ello es así porque la Educación Física es un espacio donde el alumnado se implica en todas sus dimensiones (física-motriz, mental, afectiva y social), lo que propicia el fomento de la educación emocional de la persona.
Autores como Pascual Leone,
Fernández y Bartrés-Vaz (2019) o Bilbao (2013) confirman la importancia de la
inteligente gestión de las emociones y del ejercicio físico en la estimulación
cerebral y en el aprendizaje.
Desde el Colegio Antonio Machado,
y más concretamente desde el área de Educación Física, pretendemos identificar las
emociones, regularlas y practicar las habilidades sociales en busca del
bienestar personal y social de nuestros alumnos/as. Tanto en el inicio como en
el final de las clases de Educación Física se trabaja la dimensión emocional
con los alumnos, a fin de que puedan comenzar y finalizar las clases en un
estado emocional “tranquilo”, "contento", "alegre",.
La influencia del docente en el
clima emocional del aula es innegable. Ya dentro de la clase, como afirma
Bilbao (2013), el ejercicio físico es un medio privilegiado para el fortalecimiento
de emociones positivas, así como para la gestión, incluso la eliminación, de
emociones negativas.
La propuesta de juegos, actividades
y ejercicios provoca que aumenten o disminuyan las emociones, así como la forma
de comportarse, por parte del profesor, en la sesión. Lo ideal es ser paciente,
sonriente y ser consciente de las emociones en cada momento, dado que es el
profesor quien genera el clima emocional adecuado para el aprendizaje, además
de ser el ejemplo para cada uno de los alumnos/as.
Si nos adentramos dentro de la parte
práctica de la educación física, las actividades individuales y sin oposición suelen presentar
índices de desarrollo más bajos a nivel emocional, tanto de emociones positivas
como negativas. Las actividades de colaboración desarrollan, por tanto,
emociones positivas más intensas que las individuales; las de
cooperación-oposición con competición suelen ser las más intensas, aunque
también aparecen más emociones negativas que en las individuales.
Los juegos desarrollan un amplio
abanico de las emociones. Si busco la ALEGRÍA propongo juegos motores; con los
juegos cooperativos y de retos se consigue la FELICIDAD y el AMOR; si trabajo
juegos de expresión corporal o bailes aparecen la VERGÜENZA y la EMPATÍA; la
emoción del MIEDO aparece cuando se realizan actividades en la espaldera, colchoneta
y en el medio natural (tirolina, rocódromo…); la SATISFACIÓN con los juegos de
condición física; y, finalmente, la CONFIANZA en las habilidades y destrezas
básicas. El gran desencadenante de emociones son los deportes y los juegos de
competición, que generan TRISTEZA,ALEGRÍA e IRA.
Trabajar todas estas emociones
exige diseñar, para cada clase, tareas motrices eficientes en función de los objetivos
pedagógicos deseado en el plano emocional; más aún en la situación actual en que
vivimos.
Para finalizar no debemos olvidar
la importancia que posee la educación emocional, tanto dentro como fuera del sistema
educativo, por lo que el profesor y la familia juegan un papel fundamental en
el desarrollo de actitudes, comportamientos y emociones, elementos claves para
poder construir un mundo mejor. En este sentido, la eficiencia y los procesos
de aprendizaje bien diseñados, les aportan mayor felicidad en el aulas y fuera
de ellas, lo que mejora su salud haciendo aumentar la sensación de bienestar
personal y social. En última instancia se trata de educar con el fin de
prepararlos para la vida.
Las evidencias científicas están
mostrando los beneficios de la educación emocional, en el desarrollo de las
competencias emocionales y en la mejora del bienestar, lo que aumenta la
eficacia del proceso de aprendizaje. Paralelamente, la actividad
físico-deportiva es un excelente medio de estimulación cerebral, de salud y de
generación de emociones positivas. Ojalá sigamos educando y creciendo
emocionalmente.
Roberto,6º A. Me gusta la idea del árbol de las emociones.
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